
La moda actual en el arte del cuerpo incluye tatuajes en la zona baja de la espalda de variados diseños y colores. Esta tendencia hace que cada vez más a menudo se plantee el problema de tener que realizar una anestesia epidural lumbar en una mujer con un tatuaje en esa zona. Y esto puede ocurrir en el momento de optar por una analgesia en el parto, pero tambien en el caso de enfrentarnos a una emergencia obstétrica que requiera una cesárea urgente. Son muchas las cosas que se dicen o escriben sobre esto, pero las dudas que suscita son siempre las mismas: ¿La puncuón o la colocación de catéteres epidurales supone algún riesgo de introducción de pigmentos del tatuaje en el espacio epidural? ¿Hay riesgos específicos asociados a los tintes de los tatuajes introducidos por la aguja epidural? Se han publicado varios estudios científicos sobre este tema, y la evidencia disponible no permite identificar riesgos específicos asociados con la colocación del catéter epidural a través de tatuajes en la zona lumbar baja, pero se han encontrado algunos casos, en los que, tras el análisis realizado a muestras de tejido extraídos de la zona afectada, se ha comprobado que ha habido transporte de pigmentos con la aguja a los tejidos más profundos. En teoría, esto podría provocar el riesgo de complicaciones tardías neurológicas, relacionadas con una respuesta inflamatoria o granulomatosa a los núcleos pigmentados introducidos en estos espacios.